¿Como agradecer el infinito amor que ha demostrado Dios por nosotros? El envió su hijo, Él nos ha comprado con su sangre para que vivamos; para que pasemos de muerte a vida.
En una de las caminatas que hizo el mesías, después de ser enfrentado por escribas y fariseos; porque los discípulos no cumplían con la tradición de lavarse las manos. Salió el maestro y salvador del mundo hacia Tiro y Sidón. caminando él por estos lugares, llegó a su encuentro una mujer cananea, mateo nos cuenta que la hija de esta estaba posesionada por un demonio que la atormentaba, diciéndole: ¡Señor, hijo de David, ten misericordia de mi! la reacción de los apóstoles no se hizo esperar, diciendo: Señor despidela pues da voces tras de nosotros.
El versículo 24 del capitulo 15 de mateo es más que esclarecedor: Respondiendo el Señor dijo: no he sido enviado si no a las ovejas perdidas de la casa de Israel; la otra parte de la historia ya es más que conocida; los hebreos habían hecho una genealogía para los pueblos cananeos: según las santas escrituras estos descendían de Canaán hijo de Cam; Can fue maldecido por su padre Noé; pero sabemos que Dios, es Dios para todos los que le busquen. El milagro lo efectuaría; por la fe demostrada por la mujer cananea. Sigamos con nuestra historia.
Citaré varios versículos para dar a entender de que nos rescata el Señor.
En el libro de Ezequiel capitulo 37, del versículo 1 al 14 dice:
1 Y la mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el espíritu de Jehová y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.2 Y me hizo pasar alrededor de ellos, y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del valle, y he aquí, estaban secos en gran manera.3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: oh Señor, Jehová, tú lo sabes.4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd la palabra de Jehová.5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.6 Y pondré tendones en vosotros, y haré subir carne sobre vosotros, y os cubriré de piel y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y subió la carne, y quedaron cubiertos por la piel; pero no había en ellos espíritu.9 Y me dijo: Profetiza al espíritu; profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Oh espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, y vivirán.10 Y profeticé como me había mandado; y entró espíritu en ellos, y vivieron y se pusieron de pie, un ejército grande en extremo.11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados.12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, oh pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel.13 Y sabréis que yo soy Jehová cuando yo abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, oh pueblo mío.14 Y pondré mi espíritu en vosotros, y viviréis; y os haré reposar en vuestra tierra; y sabréis que yo, Jehová, he hablado, y lo haré, dice Jehová.
La promesa de rescate estaba, la había dado el Dios de Israel para rescatar lo que se había perdido.
Según las escrituras las diez tribus del norte habían desaparecido por transgredir los mandamientos de Dios.
Según dice el antiguo testamento, Jacob el que después sería llamado Israel tuvo 12 hijos:
(Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón; Dan y Neftalí; Gad y Aser; José y Benjamín), y al menos una hija (Dina) con dos esposas y dos concubinas.
Las Diez Tribus Perdidas fueron diez de las doce tribus del antiguo Israel, que se dice fueron
deportadas del Reino de Israel después de la conquista por el Imperio Neo-Asirio, cerca del año
722 a.C. Estos nunca regresarían, perdiéndose para el mundo; pero no para Dios. Según la profecía de ezequiel los huesos volverían a tener vida. Leamos lo que dice Oseas:
1 Venid y volvamos a Jehová; porque él despedazó, y nos curará; hirió, y nos vendará.
2 Nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él. La promesa de vida se daría con la venida del Mesías. En la muerte de lázaro Jesús pronunciaría las palabras más sorprendentes de la historia bíblica:
dice Juan 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Este versículo da vida a las palabras de Ezequiel 37: 1-14 ya vistas más arriba; relacionando estas palabras dichas por Jesús con la parábola del hijo pródigo vemos que todo tiene una conexión.
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos,
12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
13 Y no muchos días después, juntándolo todo, el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia y comenzó a pasar necesidad.
15 Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el que le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti;
19 ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Entonces, se levantó y fue a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad la mejor ropa y vestidle; y poned un anillo en su mano y sandalias en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta,
24 porque este, mi hijo, muerto era y ha revivido; se había perdido y ha sido hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25 Y su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 Y el criado le dijo: Tu hermano ha venido, y tu padre ha hecho matar el becerro gordo por haberle recibido sano y salvo.
28 Entonces se enojó y no quería entrar. Salió, por tanto, su padre y le rogaba que entrase.
29 Pero él, respondiendo, dijo al padre: He aquí tantos años hace que te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para alegrarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este, tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Pero era menester hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, muerto era y ha revivido; se había perdido y ha sido hallado.
El hijo pródigo representa a los perdidos de la casa de Israel, el hijo mayor es Judá; el hijo que ha estado ahí por mucho tiempo.
¡El Señor nos encontró! Somos parte de Israel, los huesos secos han vuelto a tener carne.
En 1 de Nefi 15: 14-16 leemos:
14 Y en aquel día el resto de los de nuestra posteridad sabrán que son de la casa de Israel, y que son el pueblo del convenio del Señor; y entonces sabrán y llegarán al conocimiento de sus antepasados, y también al conocimiento del evangelio de su Redentor, que él ministró a sus padres. Por tanto, llegarán al conocimiento de su Redentor y de los principios exactos de su doctrina, para que sepan cómo venir a él y ser salvos.
15 Y entonces, ¿no se regocijarán en aquel día, y alabarán a su sempiterno Dios, su roca y su salvación? Sí, ¿no recibirán en aquel día la fuerza y nutrición de la verdadera vid? Sí, ¿no vendrán al verdadero rebaño de Dios?
16 He aquí, os digo que sí; se hará memoria de ellos otra vez entre la casa de Israel; y siendo una rama natural del olivo, serán injertados en el olivo verdadero.
Todo esto ha hecho El Señor por nosotros, el solo necesita un corazón quebrantado y un espíritu contrito; que sintamos agradecimiento por todo lo que hizo por nosotros; que amemos a sus otras ovejas como a nosotros mismos.
Dice juan 10:27-30
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;
28 y yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Shalom 🙏🏻
ResponderBorrarShalom, mi hermano.
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